Otra de tantas

 


Otra de tantas

 

Arreciando los campos

sin aviso, ni amparo,

con traje de luces

llegó la tormenta

Y precipitó la pedrea.

El viento rugió su furia

en oleadas de lluvia.

Huyeron las lechuzas

buscando su cobijo.

Y bailaron en remolinos

los maizales crecidos.

La noche trajo la calma

Menguando el aguacero

Y, un aroma de jazmines

Perfumó la madrugada.

El sol en su osadía

cabeceó en el horizonte

iluminando la tierra

en charcos amanecida

Y los pájaros con su canto

anunciaron la alegría

de amanecer a la vida.

 

2025 


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