Otra de tantas
Arreciando los campos
sin aviso, ni amparo,
con traje de luces
llegó la tormenta
Y precipitó la pedrea.
El viento rugió su furia
en oleadas de lluvia.
Huyeron las lechuzas
buscando su cobijo.
Y bailaron en remolinos
los maizales crecidos.
La noche trajo la calma
Menguando el aguacero
Y, un aroma de jazmines
Perfumó la madrugada.
El sol en su osadía
cabeceó en el horizonte
iluminando la tierra
en charcos amanecida
Y los pájaros con su canto
anunciaron la alegría
de amanecer a la vida.
2025
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Gracias por leer mis poemas, una forma de compartir sentimientos y emociones.