El mar golpeaba bravío
Con olas desmesuradas
Las rocas oscuras de la playa.
El cielo parecía estallar
En centellas y fuertes ráfagas
Para, en revueltas aguas terminar.
La frágil embarcación
Era hoja en la tormenta
Capricho de la inmensidad
Alimento del desconsuelo
Con un cierto destino final.
Con igual suerte me debatía
Entre oleadas del huracán
Que la conciencia crearía
Para castigar sin piedad
Para gritar lo que no decía
Para morir antes que hablar.
Así me dejé llevar
Por mares embravecidos
Antes que me dijeras
Que no me amarías más.
2011
esta asturiana te da miles de gracias por deleitarnos con tan bello poema, un besin
ResponderEliminarY esta argentina, cordobesa por adopción, te manda un abrazo y te agradece tus elogiosos comentarios. Un abrazo, ozna.
ResponderEliminarPreciosa fotografía...como el poema. Felicitaciones. Saludos cordiales desde Mérida (España).
ResponderEliminarRamón
gracias Ramón, más viniendo de ti. Un saludo
ResponderEliminarquerida amiga felicidades por este hermoso nuevo blog,muchos exitos,desde ya te lo pongo en grups, abrazos de luz desde Israel especiales para ti.feliz fin de semana
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