Llegó la
tormenta.
Montada
sobre nubes negras,
Descargando
la piedra
En la
tarde quieta,
Desbocando
la lluvia
Que
mojó la tierra.
Se aplacó
el trueno,
Cesó el
granizo,
El
aullido del viento
Se volvió
cansino.
Bailaron
en remolinos
Los
maizales crecidos
Y
descansaron las lechuzas
Al
tintinear de la furia.
La noche
ahogó la tormenta,
Trajo el
fresco al rancherío
Y un
aroma de jazmines,
Perfumó
el aire tranquilo
Engalanando
la galería
En
charcos amanecida.
Pues un bonito poema.
ResponderEliminarGracias Jordin. Me alegra que te guste.
EliminarHermosas palabras
ResponderEliminarque nos cuentan esos parajes de campo
donde el tiempo se siente mas lento
y se activan nuestros sentidos.
Gracias Meulen por compartir sentimientos con miradas del alma.
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